Historia #5: Javier Alberto Romero, El olvidado – cuchillería

En esta oportunidad les contaré la historia de otro hobbista más de mi pueblo. Javier Alberto Romero tiene 32 años, trabaja en la cooperativa de luz de nuestro pueblo y nos cuenta también que está cursando la carrera de higiene y seguridad. Su nombre fue una sorpresa para mí, ya que todos lo conocemos por “Beto”. Su hobbie es crear cuchillos artesanales reutilizando machetes que son desechados en el norte Argentino.

Beto en su taller mostrándonos sus cuchillos.

Beto suele compartir en sus redes sociales las imágenes de sus cuchillos y es allí en donde los descubrí. Inmediatamente, le escribí para preguntarle si era él quien los fabricaba, porque ¿saben? una de mis pasiones es la cuchillería. Luego, cuando me responde que, efectivamente, era el creador de esos hermosos cuchillos, le consulté si había visto algo de hobbialo. Me dice que sí, que Marianela –su mujer–, le había sugerido participar de estas historias y que además estaba dispuesto a hacer la nota si yo quería entrevistarlo pero que lamentablemente no podía en estos días porque estaba muy ocupado. Quedamos entonces en hablarnos y coordinar para cuando se desocupara.

De esa conversación pasó un mes. Hasta que un día nos encontramos por casualidad en el minimercado de mi tía Gaby. Nos saludamos como siempre, diciéndonos algunas “macanas”, ya que tenemos la confianza de viejos conocidos. Luego de los saludos y algunas “macanas” más, Beto me dice:

– Pato,  esta semana estoy libre. Si querés ir, llegate a casa, así hacemos la historia para hobbialo.

– Dale Beto, estaría buenísimo. Decime el día y la hora, porque justo esta semana tengo otros hobbistas para entrevistar.

– ¡No me digas! ¡Qué bueno! Che, Pato ¿Jueves a la tarde puede ser? Fijate si no tenés a nadie, porque la semana próxima tengo otros compromisos y se me va a complicar.

– ¡Sí, Beto! ¡Nos organizamos! No te preocupes, la entrevista no dura más de 30 minutos.

Luego de coordinar la fecha y hora nos despedimos. Mientras salíamos del minimercado y al ver que se iba caminando le pregunté:

– Beto, ¿andás caminando? ¡Vamos, subí que te llevo!

– ¡Bueno, dale vamos! –Me dijo mientras se iba acercando de manera muy pausada con una bolsa de mercadería en cada una de sus manos.

Ya los dos arriba de mi automóvil partimos. Como de costumbre se hicieron presentes más “macanas” en nuestra conversación. Llegando al centro de nuestro pueblo, recuerdo que él ya no vivía en la casa que solía vivir. Entonces le pregunto:

– Beto, ¿en dónde estás viviendo? – Me mira y me responde.

– Vivo en la casa de mi suegro.

Esa casa queda no más de cien metros del minimercado en donde nos habíamos encontrado, y le digo:

– ¡Uh, Beto! ¡Nada que ver! ¿A dónde vamos? –Le pregunto lamentándome por mi error.

– No sé. ¡El que maneja sos vos! Me dijiste que me suba y yo me subí. ¡Qué se yo! jaja.

Este comienzo, revela un poco de su personalidad. Al parecer, Beto va para donde el destino lo lleve. Jamás aparenta tener problemas. Su buen humor y su espontaneidad para hablar “Macanas” hacen de él una persona muy agradable y querible.

Sección preguntas y respuestas

Llegado el día de la entrevista, reviso mi teléfono y veo un mensaje que decía:

– Pato, ¿venís? Te espero en el taller con unos mates.

Agarré mi cuaderno con las preguntas y partí con rumbo a su taller. Efectivamente, estaba esperándome con unos mates y un bramante fuego prendido en su asador.

– Hola, Beto. ¡No me digas que llegué justo para el asado! –Le dije en tono de broma.

– Hola, Pato. No llegaste tarde. Este fuego es para calentarme un poco. Está “friaso”. –Me respondió, entre risas.

– La verdad que sí. –Le respondí.

Me arrimé a ese fuego para calentar mis manos y comencé a observar su taller. Quedé sorprendido por las instalaciones que tenía.

– ¡Qué hermoso taller tenés, Beto!

En tono de risa me dice: 

– Sí, ahora. Sé tener cada “despelote”. Marianela me dice: –¡Ojalá, Pato venga más seguido, porque me puse a ordenar todo para las fotos de hobbialo! jaja.

Mientras me mostraba algunos de sus cuchillos, Beto me cebaba el primero de los que serían varios mates y antes de darle el primer sorbo, comienzo a explicarle de qué se trata la entrevista. Luego, le pregunto si está listo para comenzar. Me dice que sí, entonces pongo mi teléfono a grabar y así comenzamos:

Otra de sus pasiones, el fútbol. Mate del Club Atletico Ascasubi, Termo de San Lorenzo de Almagro.

¿Quién eres en este momento?

Yo soy un agradecido, Pato. Tengo todo: familia, amigos, trabajo y tengo un hobbie para hacer en mi tiempo libre, que de paso se los enseño a mis hijos Fermín y Lorenzo. Ellos están todo el día atrás mío y los veo que juegan a ser “yo”. O sea que, mientras disfruto de mi pasatiempo les enseño a mis hijos el proceso. Entonces, el día de mañana, si ellos quieren, pueden seguir con lo que hago. Así que sí, eso soy, un agradecido.

¿Cuál es tu hobby y cómo lo descubriste?

Mi hobbie es hacer cuchillos artesanales. Pero todo esto arrancó por necesidad. Me pasaba que nunca encontraba un cuchillo que me gustara. Así que me puse a averiguar cómo se fabricaban, y al ver que con poco lo podía hacer me entusiasmé y me fabriqué uno a gusto mío. Fabriqué algunos otros para regalar. Luego, comencé a comprar más herramientas y se fue dando. Jamás pensé llegar a este punto. Los sigo haciendo tratando de mejorar siempre a los anteriores, así que estoy en una búsqueda constante. La talabartería también me gusta. No hago nada en cuero aún pero quiero aprender. Me llama mucho la atención, la idea es poder hacer las vainas para los cuchillos.

¿Cuál es el nombre de tu hobbie?

Decidí llamarlo “El olvidado cuchillería” porque me gusta mucho la canción “El Olvidado” de Nestor Garnica.

¿Qué materiales predominan en tu hobbie?

Obviamente el acero, pero también utilizo madera, bronce y cuero para hacer el cabo. Hay muchos materiales que componen un cuchillo.

¿Qué te motiva hacerlo?

Sin duda, la tradición argentina es la que me motiva. El cuchillo criollo, los procesos ancestrales de nuestros antepasados, saber que los hacían reutilizando herramientas o pedazos de hierro combinado con maderas autóctonas para construir sus cuchillos me dió la idea de reutilizar estos machetes de descarte que provienen de Misiones para crear mis cuchillos. Este proveedor les recibe los machetes ya gastados a los trabajadores del monte como forma de pago por los nuevos, y revende ese descarte. La verdad es que la calidad del acero sorprende. Quiero mantener la tradición gaucha, pero no sé montar a caballo ni tocar la guitarra ¡así que hago cuchillos! jaja.

¿Cuáles son tus sueños y objetivos?

Con respecto al hobbie, mi sueño sería poder forjar el hierro, hacer cuchillos a martillo y fuego. Ya hice algunas prácticas y me encanta, pero me faltan herramientas y mi objetivo es cuidar mi hobbie, que no se transforme en un trabajo No quiero que termine siendo una obligación. Temo que me deje de gustar en esas condiciones y también me gustaría que mis hijos lo sigan, que se convierta en una tradición familiar.

¿Cuáles crees que son los mayores retos que tendrías, si quisieras vivir de esto?

Lo económico, sin duda. Los materiales son caros y por más que trato de hacerlos con materiales reciclados, los termino comprando. Al igual que el pegamento, las maderas, los remaches y todo lo que conlleva la construcción de un cuchillo. El tiempo es otro factor a tener en cuenta. Imaginate que la construcción de un cuchillo me lleva entre 4 y 5 días de trabajo. Hay tiempos de fraguado del pegamento que hay que respetar para que quede bien firme pero como dije al principio creo que el mayor reto es el económico.

¿Qué es el éxito?

El éxito para mí es acostarme a dormir sabiendo que lo que hice en el día va a dar frutos. Cuando digo frutos, me refiero a todos los niveles, más allá de lo económico, más allá de si se vende o no. Con el solo hecho de hacer lo que me gusta, lo que me entretiene, yo me siento satisfecho. Lo importante es que uno se sienta bien cuando se va a dormir.

Beto explicándonos parte del proceso.

¿Vale la pena hacer lo que te gusta?

Sí, siempre. Yo disfruto de todo el proceso: imaginarlos, dibujarlos, elegirles la madera, lijarlos a mano y pulirlos. Es hermoso recordar el inicio de un cuchillo y verlo en su punto final: al ver todo el avance, la satisfacción es enorme, más allá de lo económico de si rinde o nó, no importa, porque uno hace lo que le gusta, y la verdad es que no todos se dan el lujo de hacer lo que les gusta. Todas las personas deberían animarse a intentar hacer eso que les apasiona, aunque sea de a poco. A veces parece difícil porque todos tenemos un trabajo que nos demanda mucho tiempo y al llegar a casa queremos descansar y no nos damos cuenta pero nos encerramos y hacemos una rutina de nuestra vida, y yo creo que es una pena. Creo que hay más que eso: el hacer lo que nos gusta nos da la posibilidad de experimentar nuevas motivaciones. Lo digo casi como un consejo, es más, si alguna persona le gusta lo que yo hago y quiere ver o aprender me pongo a disposición a enseñar este hermoso hobbie.

Sección despedida

Al terminar la entrevista nos quedamos hablando de cuchillos. Ya saben que a los dos nos apasiona y podríamos pasar horas hablando de ellos, cuando al fin le digo:
–Bueno, Beto, me despido porque se me hace tarde. ¡Muchas gracias por recibirme y contarme tu historia!
Él, me detiene y me dice:
–Antes de irte elegí un cuchillo. Te lo quiero regalar y agradecerte por tomarte el tiempo no sólo para mostrar lo mío, si no también, lo de todos aquellos que tienen un hobbie. Le acepté el regalo pero le dije que era él quien debía elegirlo. Sospechosamente me obsequió el que a mí me gustaba. Sumo así un cuchillo más a mi colección, pero a diferencia del resto este tiene un valor especial. Son acciones como éstas las que me motivan a seguir contando estas maravillosas historias de hobbistas.

El obsequio que gentilmente nos hizo.

Sección conclusión o cierre de nota

Como les anticipé, Beto, es un tipo “macanudo” y así como se subió a mi automóvil sin saber a dónde iríamos, confiando en que lo que viene para él estará bien, sospecho que con esa misma filosofía transita su vida, con la seguridad de que jamás se arrepentirá de donde el destino lo lleve: él disfrutará del viaje y agradecerá estar allí.

Despedida entre dos apasionados por la cuhillería artesanal.

Sección networking

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Hobbialo es un espacio para destacar historias de personas que viven a través de su pasión. Buscamos conectar y motivar a las personas, mostrando un poco más el trabajo de los hacedores como una linda excusa para que todos hablen de sus pasiones.

Esta entrada tiene 4 comentarios

  1. Vane

    Me encanta Pato este espacio!!!! Felicitaciones!!!! Es realmente muy interesante!!!!!

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